La quinua, una semilla con más de 5000 años de historia, ha recorrido un largo camino en los últimos años. Ya nos hemos referido a ella, cuando hace algo más de un año se lanzó el Año internacional de la Quinua. Sin embargo, podríamos decir que este alimento, que se caracteriza por sus notables propiedades, recién está comenzando su camino, aunque día a día va ganando más adeptos.

Esta semilla, que se consume como un cereal,  contiene más proteínas y grasas, en su mayoría insaturadas, que los cereales. A su vez, tiene menor cantidad de hidratos y un alto aporte de fibra, calcio, hierro y magnesio. Otra de sus ventajas es que es muy fácil de cocinar y está lista en 20 minutos.

Entre las variedades de quinua que existen, una de las más conocidas es la blanca, que tiene un sabor similar a la nuez. También las hay de color negro, naranja o morado, entre otros.

Se puede utilizar a este pseudocereal en innumerables recetas, como ingrediente principal o secundario, o reemplazando el arroz o la pasta, pero es conveniente seguir algunos pasos para obtener una quinua suave, esponjosa y no amarga. Para cocinarla puede utilizarse tanto agua como caldo, calculando el doble de líquido. Ya que se puede conservar varios días en la heladera, una forma simple para consumirla es, teniéndola ya cocida, agregarla a sopas o ensaladas.

En cuanto al rendimiento, con 1 taza de quinua seca se obtendrán 3 tazas de quinua cocida. Para evitar el gusto amargo que puede tener, es necesario lavar a fondo las semillas para eliminar la capa que las recubre, que contiene saponina y es la que aportaría el sabor amargo. Para ello es necesario poner las semillas en un colador de malla fina, previamente a cocinarlas, bajo el chorro de agua, y removerlas hasta que el agua del lavado sea transparente y sin espuma.

• 15/07/2014 No comments Posted in: ARROZ Y LEGUMBRES, COMER EN CASA, PLATO PRINCIPAL Tags: featured', quinoa