El laurel es un árbol resistente que crece en la zona del Mediterráneo, aunque es originario de Asia Menor. Sus hojas son perennes y, frescas, tienen un sabor ligeramente amargo. Es uno de los aromatizantes más corrientes y sus hojas se emplean como condimento, ya sea frescas o secas, enteras o en trozos.
En la antigüedad, en Roma y Grecia, las coronas trenzadas de laureles eran símbolo de gloria y victoria. Con ellas se coronaban a emperadores, atletas y héroes.
Es muy aromático, fresco y dulce, y tiene un sabor penetrante con un dejo picante.
Es un condimento básico en la cocina, ya que combina con casi todo, hasta se lo emplea para postres y dulces. Se lo utiliza pra aromatizar salsas, escabeches, guisos, sopas, adobos y platos de cocción lenta. También se puede utilizar para darle sabor a una salsa bechamel, si se pone una hoja al hervir la leche que se va a utilizar para prepararla, o al puré de papas si se le agregan dos hojas al agua de cocción de las papas.
El modo más común de usarlo en la cocina es en hojas secas, que se pueden conservar durante años, aunque el aroma no es tan fuerte como cuando las hojas son frescas. Lo ideal es usar las hojas enteras o en trozos grandes, para poder retirarlos al terminar la cocción, ya que la intensidad del sabor del laurel aumenta durante la preparación y no son muy agradables de masticar si se las encuentra en un bocado.
Las hojas frescas son utilizadas para conservas de verdura en vinagre, porque suavizan el sabor. Es uno de los componentes del Bouquet garni (un atado de hierbas que usa durante la cocción de ciertos platos).
Para que las hojas frescas conserven el color hay que ponerlas a secar en un lugar oscuro.
IMAGEN: © MISANPLAS
- 03/04/2013 2 Comments Posted in: DOSSIER Tags: condimento, featured', plantas aromáticas