¿Se te había ocurrido que la piel del ajo podía servir para algo? A mí, tampoco, pero de ahora en adelante te aconsejo guardarla.
Y es que con la piel frita podemos condimentar tanto platos de carnes o pescados como ensaladas, o utilizarla, previamente molida o picada, en la decoración de los platos.
La forma de dorarla es poniendo aceite en una sartén al fuego. Cuando esté el aceite bien caliente, retirarla del fuego y echar la piel del ajo. Dejarla hasta que se endurezca, aproximadamente 4 a 5 minutos. Escurrirla en un papel absorbente.
Aportará a nuestros platos un ligero sabor, porque la esencia del ajo también está en la piel, pero sin la intensidad propia del ajo.