RESTAURANTES PROHIBEN SACAR FOTOGRAFÍAS DE LA COMIDA

En algunos restaurantes de Nueva York se ha prohibido a los comensales hacer fotografías de la comida. Esta medida, que a algunos les parece exagerada, es la respuesta de los propietarios a las decenas de «irritantes flashes» que van de una punta a otra de los comedores durante los servicios de comida y de cena, según un artículo del New York Times titulado ‘Restaurants turn camera shy».

«Es como un circo», ha comentado el chef David Bouley. Según este cocinero hay diferentes tipos de fotógrafos ansiosos por inmortalizar los platos de comida. Están los turistas extranjeros que, aunque tienen grandes cámaras, son de los más discretos. Están los que usan el flash sin parar y molestan a todo el mundo. Y también los que utilizan incluso pequeños trípodes. Este chef neoyorkino, especialmente complaciente con sus clientes, cree que la gente necesita compartir sus fotos de comida con sus amigos de forma instantánea. Por eso disuade a los comensales de hacer fotos en la mesa y les invita a su cocina para que hagan fotos de cómo salen los platos.

Según el chef Bouley las fotografías en la mesa «trastornan totalmente el ambiente». «Es imposible disfrutar de la comida o del desarrollo de una conversación con los flashes yendo de una punta a otra».

El artículo del New York Times cuenta también que hay gente verdaderamente obsesionada con fotografiar los alimentos que están a punto de comerse. Algunos incluso hacen power points infinitos que reenvían a todos sus amigos y conocidos. Otros simplemente cuelgan las fotos en sus cuentas de Facebook o Instagram.

Pero no todos los chefs son como Bouley. En el restaurante Momofuku Ko no está permitido sacar fotos de los platos de comida. David Chang, el chef estrella de este restaurante, prohíbe que los comensales inmortalicen su famoso foie.

En otros restaurantes de la gran manzana se ha establecido una norma contra el uso del flash. Esto sucede en locales de alta gama como Per SE, Le Bernardin y Fat Duck.

Sin embargo, por cada cliente molesto o por cada cocinero malhumorado, hay legiones de amantes de la fotografía y de la comida que dicen que lo que hacen es un homenaje, por no hablar de la publicidad gratuita que aportan a los establecimientos.

FUENTE: Cadena Ser

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