Misanplas | TIPS: EL AJO EN LA COCINA

Reduce la hipertensión, es bueno para el reuma, para la artrosis, las enfermedades respiratorias, es diurético, contribuye a estimular el apetito…

Hablamos del ajo, uno de los productos más utilizados dentro de la llamada ‘dieta mediterránea’. Unas propiedades saludables más que demostradas a las que se suman, por supuesto, las gastronómicas.

Y es que el ajo tiene un papel fundamental como condimento para multitud de guisos, adobos, marinadas… incluso cuenta con protagonismo esencial en diversas recetas como la sopa de ajo, la crema de ajo, el famoso ajo blanco andaluz, la no menos célebre salsa alioli… Estos son algunos consejos y recomendaciones relacionadas con el uso de esta pequeña gran joya culinaria…

Para suavizar el sabor del ajo y evitar que pique, bastará con quitar el germen o semilla verde interna (partir el ajo por la mitad, y quitarlo con una punta de un cuchillo) o pasarlo por agua hirviendo previamente.
Una forma de aportar a los guisos un delicado (no intenso) sabor a ajo, es echarlos enteros, en lugar de picados. Quedará mejor aún si el ajo está frito.
Al pelarlos, no desechar la piel: las peladuras fritas, además de ser muy ricas, sirven para adornar los platos.
Para pelarlos con más facilidad poner los dientes sobre una tabla y golpearlos con la hoja de un cuchillo grande.
Otra opción es partir en dos la cabeza de ajos y freírla; resulta ideal para platos de arroz, asados…
Una propuesta distinta para disfrutar de los ajos: quedan deliciosos en un sofrito con jengibre o con jengibre y apio, todo muy picadito.
Evitar dorarlo a fuego vivo, porque se vuelve amargo.
Para evitar que se ‘repita’, hay que conformarse con su aroma utilizando los dientes sin pelar durante la cocción y retirándolos antes de servir el plato.
Es importante, si tenemos invitados a los que no conocemos bien, tener cuidado con las recetas con mucho ajo, ya que hay a quien su fuerte sabor le desagrada.

FUENTE: Hola