LA NUEVA MODA: SPAGHETTI EN CONO

El chef Emanuele Attala es el creador del «cono spaghetti», una opción rápida y para llevar que ofrece en su restaurante Spaghetti Incident (al igual que el quinto disco de Guns N’ Roses), en el Lower East Side de Manhattan, Nueva York. La tendencia de comer pizza en cono es conocida pero… ¿Por qué alguien querría comer spaghettis de un cono? Attala encontró una manera placentera para que la gente pueda almorzar o cenar su pasta mientras camina por la ciudad.

La novedad -tal como narra el diario The Guardian– está en el método de «giro» que se usa para comer la pasta. Lo que hacemos normalmente con un tenedor y una cuchara para comer el spaghetti, con el cono se logra más fácilmente por su forma cónica. Sus lados curvos ayudan a guiar los fideos en una bola alrededor del tenedor, el efecto que logra la cuchara.

El cono también proporciona ventajas en la maniobra, ya que su extremo puntiagudo sirve como asa. Attala experimentó el mismo servicio con penne rigate y ñoquis, pero no funcionó.

La idea original

Emanuele Attala, de 53 años de edad, es inmigrante italiano. Nació en la costa adriática de Italia y, justamente observando fotos de su ciudad, Rímini, ideó la nueva forma de comer el spaghetti.

En la década de 1950, cuando Europa se recuperaba de Segunda Guerra Mundial, los locales de Rímini comenzaron a proponer festivales de playa para atraer visitantes y estimular la economía.

Los vendedores establecieron puestos en la arena, había fogatas y conciertos, y los carniceros y pescaderos comenzaron a rasgar las hojas de papel de cera donde vendían sus alimentos para armar cuencos y servir allí las preparaciones. Attala retomó la idea y ahora es un boom en su restaurante.

Las ventajas del cono

Hasta ahora hay ocho variedades de sabores, entre las que destaca la trevigiana: una mezcla de panceta, piñones (semilla de la piña) y achicoria en una salsa de crema. Los precios oscilan entre uno y ocho dólares.

Al caminar, es más fácil consumir el spaghetti de un cono que de un plato, aunque se usen las dos manos. El sistema es muy limpio, casi anti derrame.

El fast food del spaghetti

La cultura y tradición italiana está muy presente en nuestro país. Por eso, quisimos saber cuál sería la repercusión de este nuevo «invento» en Argentina. Le preguntamos a Deni De Biaggi, socio del restaurante italiano Filo, quien nos respondió entre risas: «Todo cada vez se automatiza más. Si llegó McDonald’s… ¿Por qué no puede llegar eso acá?» Y agregó: «Hay que tener la cabeza muy abierta: ¿quién pensaba que las hamburguesas iban a tener el éxito que tuvieron alrededor del mundo? ¿Y el pollo frito en una cajita, el cucurucho de papas fritas o el choclo por la calle?»

Además, cree que es muy difícil conseguir buena calidad con un cono: «Habrá que ver la salsa y la cocción (quizás los hacen un poco más duros); otro de los temas es mantener el calor, seguramente debe estar acerado para que mantenga el calor y que no queme los dedos». Y, por último, opinó: «No iría a comer jamás de esa forma; pero estuve y viví en Nueva York y sé cuánto que vale el tiempo allá, por lo que si soy un oficinista y tengo que almorzar en la calle, estoy de acuerdo. Pero en un restaurante cerrado, ni loco».

Julia Imas, al frente del restaurante italiano Circolo Massimo, dijo a Entremujeres: «Conocíamos esta nueva tendencia neoyorquina y creemos que, si bien todo lo que vuelva más cotidiana a la pasta es positivo para la gastronomía de nuestra región, el hecho de no comerla en el restaurante y en un plato de loza, probablemente afecte la textura y la calidad de los sabores originarios». Además, considera que probablemente demorará un tiempo más en llegar a nuestra ciudad, aunque comenzará a conocerse vía redes sociales.

Contrario a lo que podíamos imaginar, Donato de Santis, el famoso cocinero italiano asentado en nuestro país y al frente de Cucina Paradiso, dijo que -si bien no lo probó y no puede dar una opinión específica sobre ese plato- le parece «una idea genial». ¿Por qué? «En Italia inventamos el primer street food, o comida callejera. Uno de ellos fue la pizza, pero no fue la única. En Nápoles y en el sur del país se cocinaban macarrones o maccheroni (semejantes a los tallarines) en la calle (esto está documentado) y es una idea genial si hicieron esto para evocar esos momentos», dice el jurado de MasterChef.

Es que, tal como dice Donato, cualquiera que haya estado en ese país se habrá podido deleitar con la oferta de sus platos callejeros, de larga tradición. De hecho, a partir del siglo XVIII, los napolitanos tomaron a las pastas casi como un símbolo de identidad cultural, al punto que se los llamaba «mangia-maccheroni» (en español, «come-macarrones») ya que, como lo muestran imágenes de la época, solían comer en los puestos de vendedores ambulantes de pasta… ¡Directamente con las manos!

«Lo importante es hacerlo bien -dijo Donato-, porque a veces los estadounidenses distorsionan un poco las tradiciones, como hicieron con Starbucks y el café». ¿Si llegará a Buenos Aires? «Puede ser que llegue, que sea algo pasajero, aunque acá a la gente le gusta sentarse y comer a la mesa. Dudo que sea longevo, aunque quien sabe… ¡Dijeron que los Beatles eran pasajeros!»

FUENTE: Clarín

IMAGEN: Devon Knight

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