Sunday 12 May 2024

HISTORIA DE LAS CALABAZAS DE HALLOWEN

El origen de la tradición nace en Irlanda. Hace muchos, muchos años, un tacaño y pendenciero irlandés, llamado Jack, tuvo la mala suerte de encontrarse con el mismísimo demonio en una taberna. Era la Noche de Brujas o Noche de Halloween.

Diez años después de aquella noche, Jack se volvió a reunir con el diablo en el campo. El diablo iba para llevarse el alma de Jack, pero Jack pensó como salir de esa situación y dijo: «Iré contigo como acordamos, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol?».

El diablo pensó que no tenía nada qué perder por tomar la manzana y dársela, ganando el alma de un pecador. De un salto llegó a la copa del árbol para agarrar la fruta. Pero antes que el diablo se diese cuenta, Jack ya había tallado una cruz en el tronco del árbol, dejando otra vez al diablo atrapado y sin poder moverse. Entonces el diablo no pudo bajar.

Jack obligó al diablo a prometerle que jamás le pediría su alma. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar y borró la cruz. El diablo se escapó pero no pudo llevarse su alma.

Jack murió años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, porque durante su vida había sido un pecador, borracho y estafador. Cuando intentó entrar en el infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, como lo había prometido y sin poder reclamar su alma.

«¿A dónde iré ahora?», se preguntaba Jack y el diablo le contestó: «Vuelve por donde viniste y vaga por el mundo de los vivos de nuevo aunque estés muerto.» El camino de regreso al mundo de los vivos era oscuro y el viento no le dejaba ver nada. El diablo le dió a Jack un carbón encendido, para que le diera luz y lo guiara en la oscuridad del camino de vuelta. Jack lo puso dentro de un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento. Jack emprendió el camino de vuelta vagando en las tinieblas eternamente…

Los pueblos celtas ahuecaban nabos y ponían carbón dentro de ellos. Depositaban estos nabos en las tumbas, para iluminar el camino de regreso al mundo de los vivos de sus difuntos más queridos y así les daban la bienvenida. También, para protegerse de los malos espíritus.

Cuando con el tiempo los irlandeses llegaron a América, conocieron las calabazas y vieron que eran mucho más grandes y fáciles de ahuecar que los nabos, así que se cambió la tradición de meter una luz dentro de un nabo, por el de hacerlo dentro de una calabaza. Así fue como se hicieron populares los Jack-o-lantern, los tenebroso candil de Jack.

IMAGEN: © Tomás Correa Arce

FUENTE: Hallowen

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