L’ATELIER BISTRO

Hablar de la cocina de L’Atelier es hablar de solvencia. Es el adjetivo más acertado para describirla. Uno puede decir que el servicio es correcto, que la decoración del lugar no aporta demasiada calidez, aunque sí sobriedad, pero en todas las ocasiones en las que he comido en L’Atelier nunca hubo un detalle fuera de lugar en los platos. Verónica Morello y Charly Forbes, los chefs y creadores de este restó, han aportado, en este camino que ya lleva ocho años, su experiencia y sus conocimientos adquiridos en el país y en el exterior, para que así sea.

La carta varía con los productos de estación, pero siempre hay buena presentación y respeto por los sabores auténticos de la cocina francesa. Buenos puntos de cocción y conjunción de sabores, en una carta limitada, como corresponde a un bistró, pero variada. Carpaccio de vieiras y salmón blanco, Paté de foie de volaille con petit ensalada de verdes y pan de especias (excelente) o las Mollejas saltadas con papines son algunas de las entradas. Puede haber ostras fuera de la carta. Como principales hay pato, cerdo, pescado, cordero o ciervo. El Strudel de ciervo con peras y membrillos en salsa de enebro es para destacar. Postres bien franceses como la Créme brûlée, el Fondant de chocolate y la Tarte Tatin de manzanas lo transportan con sus sabores al país galo.

Una muy buena carta de vinos en relación al tamaño del restaurante. Bebidas importadas, vinos de postre, licores varios. El único detalle es que no tienen vino en botella chica; hay vino por copa pero es muy limitada la posibilidad de elección. En una ocasión, en tintos sólo había dos malbec para degustar. Todos sabemos que el malbec es el vino insignia nacional, pero eso no significa que maride con todos los platos.

A pesar de que el espacio es reducido, el necesario para 30 cubiertos, la separación entre las mesas es correcta. Tal vez sería interesante aclarar que, justamente, un bistró es un establecimiento de dimensiones reducidas.

La aislación acústica no es la mejor, aunque se nota que se empeñaron en tratar de resolver ese tema. La iluminación no es directa. Mucho color neutro cortado por el color que brota de algunas pinturas colgadas en las paredes. Sillas oscuras y manteles blancos completan el conjunto.

Muy buena relación precio-calidad. L’Atelier es un lugar que no necesita publicidad, ya que el que va una vez, vuelve a ir. Si le gusta la comida francesa contemporánea, no lo dude. Eso sí, acuérdese de reservar con tiempo.

L’ATELIER

Avenida del Libertador 3836, entre Díaz Vélez e Hipólito Bouchard – La Lucila – Buenos Aires

Tel: + 5411 4005 5244

Abierto de lunes a sábado de 20:00 a 24:00.

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