ESCÁNDALO EN EUROPA DEBIDO A CARNE DE CABALLO ENCONTRADA EN ALIMENTOS

La Unión Europea ha comenzado a llevar a cabo controles aleatorios de ADN en productos cárnicos, en un intento por mitigar el escándalo que comenzó con el hallazgo de trazas de carne de caballo en determinadas hamburguesas, y que se ha extendido en otros ámbitos sociales con el reciente anuncio de las autoridades británicas sobre la existencia de este tipo de carne en menús escolares, platos de restaurantes, comidas hospitalarias y productos a la venta en supermercados.

La edición estadounidense del Huffington Post del viernes pasado recogía un completo resumen de la cronología de estos hechos, un escándalo que, según todos los indicios, está lejos de haber finalizado.

A mediados de enero, el regulador de seguridad alimentaria de Irlanda anunció que había descubierto rastros de ADN de caballo en hamburguesas vendidas por los principales supermercados británicos e irlandeses. Los productos mal etiquetados llegaron a través del productor irlandés de alimentos Silvercrest, siendo retiradas de las tiendas alrededor de 10 millones de hamburguesas.

Los responsables sanitarios irlandeses culparon inicialmente a un aditivo proteínico en polvo para carne de vaca importado y utilizado para rellenar hamburguesas baratas —bloques congelados de restos de matadero procedentes de Polonia—, lo que ya insinuaba la complejidad de la cadena de suministros que estaba a punto de ser develada a un público europeo muy alarmado.

EL ADN DE CABALLO PASA AL RESTO DE EUROPA

Seguidamente, los rastros de carne de caballo aparecieron también en otros lugares de Europa, en comidas congeladas de supermercado como hamburguesas y lasaña, en la pasta fresca con salsa de carne, en menús de restaurantes, así como en las comidas escolares y de hospitales.

Tras estallar el escándalo, millones de productos fueron retirados de tiendas en el Reino Unido, Irlanda, Francia, España, Alemania, Dinamarca, Suecia y Noruega, y se instó a las cadenas de distribución y proveedores de alimentos a realizar pruebas de ADN de caballo en sus productos cárnicos.

Ayer viernes, varias cadenas británicas de supermercados aseguraron que sus pruebas habían sido negativas hasta el momento. Pero la Agencia Alimentaria del Reino Unido informó que 29 de los 2.501 productos analizados contenían al menos un 1% de ADN de caballo. Se trataba de hamburguesas, lasaña y salsas de carne vendidas en supermercados y empresas de catering.

EL ESCÁNDALO CONTINÚA

Pero el escándalo se ha extendido más allá de los alimentos en los supermercados. Whitbread PLC, la mayor compañía británica de hotelería y restauración, ha confirmado haber encontrado ADN de caballo en lasaña y hamburguesas utilizadas en los menús de varios de sus establecimientos, expresando “su sorpresa y decepción por el fallo producido en la cadena de suministro de carne procesada”.

Por otra parte, funcionarios de salud británicos han confirmado la presencia de carne de caballo también en empanadas caseras distribuidas a 47 escuelas del condado de Lancashire, en el norte de Inglaterra, así como en comidas de hospitales en Irlanda del Norte.

Las pruebas continúan y las autoridades aseguran que el asunto está lejos de haber terminado. «Cuanta más gente busca carne de caballo, más productos encontramos que la contienen», declaraba Duncan Campbell, inspector británico de sanidad alimentaria. «No creo que hayamos llegado al fondo de todo esto todavía”, concluía.

FUENTE: Diario de gastronomía

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