La vinagreta es una salsa emulsionada que debe tener entre sus ingredientes un medio ácido y uno graso. Como medio ácido se usa comúnmente vinagre, pero también puede ser jugo de limón o de alguna otra fruta ácida.
Algunas de las dudas más frecuentes para elaborar salsa vinagreta (del francés vinaigrette, diminutivo vinaigre, «vinagre») se refieren a la cantidad de aceite, vinagre y sal que debe utilizarse.
El gusto personal de cada uno tiene mucho que decir en la elaboración de cualquier salsa. Más intensa o menos, más ligera o fuerte. Las formas de elaborar una salsa son numerosas, como lo son también las posibilidades de combinar los distintos ingredientes, pero hay una manera muy sencilla de equilibrarlos y rectificarlos en caso de que predomine uno de ellos. En lugar de espolvorear la sal y verter el aceite y el vinagre con posterioridad, es recomendable poner en un vaso tres cucharadas de aceite, una de vinagre y una pizca de sal.
Estos tres ingredientes se remueven con la ayuda de un tenedor hasta conseguir una mezcla homogénea. El resultado es una salsa vinagreta equilibrada. La proporción sirve para una persona y se toma como base para el resto de cantidades. La referencia es: tres partes de aceite por una de vinagre y una pizca de sal.
Con este proceso es posible probar la intensidad del aliño antes de agregarlo a la ensalada y rectificar sobre matices, acidez o punto de sal. A partir de esta sencilla elaboración, se puede experimentar con diferentes tipos de aceite, aunque el más recomendado para aliñar es el aceite de oliva virgen extra.
Un recurso muy práctico es tener una salsa vinagreta ya preparada en la heladera. Hay recipientes especiales para ese fin, pero perfectamente puede utilizarse un frasco de vidrio. Poner los ingredientes en el frasco, agitar bien para mezclar, tapar bien y llevar a la heladera. Puede durar varios días.
Otra posibilidad es aprovechar la gran gama de vinagres, con los cuales se podrá dar al plato final toques más frutales con los vinagres de manzana, frambuesa y fresa, o los de Jerez o vino tinto, e incluso, los vinagres balsámicos de Módena (aceto balsámico), manzana o frambuesa.
El componente salado también puede ir más allá de la sal, que se puede sustituir por una pizca de salsa de soja, pasta de anchoas o hierbas aromáticas, como tomillo, comino y orégano, o especias como curry, cúrcuma o pimentón.
FUENTE: Eroski Consumer
- 20/02/2013 No comments Posted in: COMER EN CASA, ENSALADAS, PRIMER PLATO, SALSAS Tags: aceite, ensalada, featured', limón, vinagre