Sunday 28 April 2024

LOS ÑOQUIS DEL 29

La historia de los ñoquis del 29 de cada mes se remonta al siglo III y tiene como protagonista a un joven médico llamado Pantaleón, un mártir cristiano que vivía por aquel entonces en Nicomedia, actual Turquía. Tras haberse convertido al cristianismo, Pantaleón peregrinó por el norte de Italia. Allí practicó milagrosas curaciones por las que, luego, fue canonizado y consagrado patrono de los médicos y los enfermos.

En cierta ocasión, durante su peregrinación, llegó a la puerta de la humilde casa de unos campesinos vénetos y les pidió pan. Ellos le abrieron sus puertas y lo invitaron a compartir su pobre mesa, en la que sólo había un plato con siete ñoquis. Agradecido, les anunció un año de pesca y cosechas excelentes, profecía que se cumplió. Existe la creencia de que, cuando el joven se retiró, los campesinos encontraron bajo los platos monedas de oro.

Supuestamente, fue un día 29 en el que se nombró a San Pantaleón patrono de Venecia, junto a San Marcos. Aquel hecho fue la primera ocasión en la que podría relacionarse al número con los ñoquis, pero no la única.  En 1690, en un pueblo del Piamonte italiano, se perdió la cosecha de trigo, la poca harina que quedaba pasó a costar mucho más y la gente no tenía qué comer. Por aquel entonces, las papas se cultivaban para convertirse en comida para los animales, pero se les ocurrió sustituir la harina por puré de papas y preparar, así, ñoquis de papa, con los que saciaron el hambre del pueblo. A partir de ese momento, los pobladores tomaron como costumbre reunirse en la plaza principal a comer ñoquis todos los 29 de junio, día del Santo patrono del pueblo, para agradecer las cosechas. Las monedas que ponían debajo de los platos las repartían entre las parejas que elegían ese día para casarse. El resto de los 29 los ñoquis se preparaban en las casas y las monedas se guardaban para las papas y la harina del mes siguiente.

El actual ritual de poner dinero bajo el plato de ñoquis simboliza el deseo de nuevos ingresos y una forma de atraer la prosperidad.

También existiría una relación con los inmigrantes italianos que, cuando llegaron a la Argentina, se reunían los 29 de junio para conmemorar las fiestas de San Pedro y San Pablo, comiendo ñoquis. Mientras tanto, en las costas de Rocha, Uruguay, comen los ñoquis de Santa Rita. En este caso, no se hace alusión a un santo, sino a un barco que naufragó el 29 de agosto de 1876, después de que el cocinero se negó a preparar ñoquis para los tripulantes. Los marinos, muy estrictos con lo que son mitos y leyendas, instauraron los ñoquis de Santa Rita, que se preparan el dia 29 de agosto.

Pero, ¿cómo se popularizó la costumbre? En Buenos Aires, Argentina, a fines de la década del 70, se reunía a comer todos los meses un grupo de periodistas gastronómicos. Lo hacían cada vez en la casa de alguno de ellos y el dueño de casa era el encargado de agasajar al resto con un exquisito menú. Fue un 29 cuando le tocó el turno a Monona Molina (revista Diners, Cuisine & Vins). Ella conocía la tradición de los ñoquis del 29 por su familia, desde que su bisabuela la había traído consigo al llegar a la Argentina, proveniente del Piemonte. Los invitados, sorprendidos por esa original costumbre, publicaron el hecho en los medios en los que escribían, dándola a conocer.

Hoy, los 29 no sólo son una excusa para comer ñoquis sino para reunirse con la familia y recibir amigos. Si decidió adoptar tan grata costumbre, no se olvide de que cada comensal ponga, antes de comer, un billete bajo el plato para asegurarse la abundancia durante el siguiente mes. Hay quienes guardan el mismo billete hecho un nudo para usar exclusivamente los 29. Probar… no cuesta nada.

IMAGEN: ©MISANPLAS

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