Saturday 27 July 2024

¿GAS, INDUCCIÓN O VITROCERÁMICA?

Las cocinas ya no son lo que eran. Las posibilidades se han multiplicado, ofreciendo cada tipo de cocina un resultado diferente en lo que se refiere al cocinado en sí, a la limpieza, al consumo, etc. De ahí que a la hora de elegir los electrodomésticos de nuestra cocina, la primera pregunta que nos asalte sea: ¿gas, inducción o vitrocerámica?

1. COCINAS DE GAS

Por cocinas de gas nos referimos a cocinas que utilizan directamente el fuego generado con gas como fuente de energía. No obstante, existen también placas de cocina con superficie plana de vidrio cerámico (vitrocerámica) que utilizan el gas como fuente de alimentación.

Pros:
· Son las preferidas por los cocineros profesionales y los amantes de la cocina tradicional.
· La transmisión de calor a través de llama directa es ideal para ollas de hierro fundido y de arcilla, las más aconsejadas para cocinados lentos.
· El calor se regula de una forma muy sencilla y es muy estable.

Contras:
· Son más sucias y su limpieza es más engorrosa.
· El gas, como fuente de energía, aunque siempre ha tenido fama de barato, tiene un futuro incierto debido a la constante inestabilidad de los principales países exportadores.
· Al utilizarse fuego directo, su seguridad está más en entredicho.

2. COCINAS DE PLACAS VITROCERÁMICAS
Están realizadas en vidrio cerámico, un tipo de material que revolucionó los sistemas de cocinado domésticos con electricidad, frente a las encimeras tradicionales de acero inoxidable.

Pros:
· Son muy fáciles de limpiar.
· Permiten un aprovechamiento del calor residual.
· El abanico de utensilios de cocina que se pueden usar es más amplio que para las cocinas de gas y las cocinas vitrocerámicas de inducción.

Contras:
· Su consumo de electricidad es relativamente alto, sobre todo si se compara con el de las placas de inducción.
· El tiempo de calentado es muy alto, algo que, según algunos cocineros, puede incidir en una pérdida de sabor de los alimentos.

3. COCINAS DE PLACAS VITROCERÁMICAS DE INDUCCIÓN
En realidad, se trata de una variante de las cocinas vitrocerámicas, ya que la placa en sí es del mismo material. La diferencia reside en la forma de transmisión del calor, que se produce a través de un campo magnético que transmite directamente el calor al recipiente (sin pasar por la placa), lo cual obliga a utilizar exclusivamente menaje de metal.

Pros:
· Requieren aproximadamente la mitad de tiempo para calentar los alimentos que las anteriores.
· Gastan menos electricidad (hasta un 30% menos) que las vitrocerámicas convencionales.
· Es más fácil limpiarlas, ya que la superficie no se calienta, y no hay que esperar a que se enfríen.
· Son más seguras, ya que la placa no funciona como transmisora del calor, calentándose directamente la base del recipiente usado para cocinar.

Contras:
· Cuestan aproximadamente el doble que las placas vitrocerámicas de resistencia.
· Es necesario emplear un menaje específico: sartenes y baterías de cocina de inducción.

Salvo si se quiere optar por una cocina de gas por convicciones propias, por tradición en el sistema de cocinado o por puro romanticismo, el debate entre las placas vitrocerámicas convencionales y las de inducción, parece decantarse de forma clara hacia las de inducción, ya que aparte de ofrecer un mejor rendimiento con un menor consumo, son más seguras y cómodas a la hora de limpiarlas. Además, aunque su costo aún es mayor, una familia que utilice la cocina con cierta frecuencia, puede amortizar la inversión a medio plazo.

En todo caso, existen también montajes mixtos de cocina con fuegos de gas y con inducción, para quienes no quieren prescindir de lo mejor del gas, ni de las ventajas de la inducción.

En cuanto a la elección de una cocina en función de la fuente de energía, es difícil aconsejar. En principio, el precio de la electricidad parece más estable a medio o largo plazo. A favor del gas está el hecho de ser una energía limpia y ecológica.

FUENTE: Blogdecocina.es

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