La creación del Bloody Mary tiene cierta controversia. Se le atribuye a Fernand Petiot, en 1920, cuando Petiot era un joven camarero en el bar New Harry York, en París.

En los Estados Unidos, durante la década de 1940, también se popularizo a través del comediante George Jessel, que en sus espectáculos tomaba una mezcla de vodka especiado y jugo de tomate.

Se cree que el nombre del cocktail (cóctel) fue debido a la persecución sangrienta de la reina inglesa Mary hacia los protestantes. Otra versión sobre el nombre es que el creador, Fernand Petiot, tenía como cliente en su bar a la actriz del cine mudo Mary Pickford. Pero, de las historias que se cuentan, la más fiable es que al parecer el cantante Roy Barton, también cliente del local de Petiot, había conocido a una despampanante rubia, en un club nocturno de Chicago, conocida como Bloody Mary, y dijo que la bebida le recordaba a ella.

También se le atribuye a Petiot la creación del Red Snapper, cocktail de similar preparación pero con ginebra.

Acompañar este coctel con un tallo de apio, al parecer, se remonta a 1960 y lo pone de moda el barman del Hotel Ambassador en Chicago.

Cualquiera sea la historia exacta de esta bebida tan singular y recomendada en los brunch dominicales, las recetas del Bloody Mary son tan diversas y personales como las de los Martinis. Los puristas sólo utilizan Tabasco, Salsa inglesa, sal y limón para darle sabor al tomate y vodka, pero existen muchas variaciones:

• Asia Mary (con wasabi, jengibre y salsa de soja)
• Bloody Bull (con consomé de buey)
• Bloody Caesar (con jugo de almejas)
• Bloody Joe (con whisky escocés)
• Bloody María (con tequila)
• Bullshot (con caldo de carne)
• Cubanita (con ron)
• Red Snapper (con ginebra)

FUENTE: The gourmet journal

• 27/08/2013 No comments Posted in: BEBIDAS, GOURMET Tags: featured', jugo de tomate, salsa inglesa