Wednesday 01 May 2024

FAT-TAX: EL IMPUESTO A LAS CALORÍAS

Del mismo modo que con el impuesto al cigarrillo los americanos lograron que descendiera el nivel de tabaquismo, intentan obtener el mismo efecto implementando altos impuestos a las gaseosas, buscando así que disminuya su consumo.   Sostienen que elevando los impuestos actuales se podría reducir el consumo en más de un 15%, con la pérdida de peso que esto implicaría y la modificación en la dieta.  Pero no sólo sobre las bebidas azucaradas se aplicaría este impuesto, también se estudia aplicarlo sobre la manteca, la leche, la pizza, la comida rápida y hasta el pollo a las brasas, buscando reducir las calorías que se consumen.

En una búsqueda por combatir la obesidad, el principal problema de salud con el que se enfrentan en Estados Unidos, están estudiando aumentos en las bebidas gaseosas, jugos y bebidas azucaradas.  Aunque, en la forma en que lo están planteando, no queda claro si lo hacen por la salud de la población o por el costo que representa en el sistema de salud tener una población enferma. De todos modos, el fin al que se llegaría es a mejorar la salud de los estadounidenses.  Si el consumo de estas bebidas aumenta el riesgo de obesidad y diabetes, sería necesario educar a la población desde muy corta edad para concientizarlos de los riesgos que corren. Es necesario tener en  cuenta que este tipo de bebidas no son un alimento, son sólo un lujo. Hay países que han prohibido la venta de bebidas gaseosas en las escuelas, sin embargo ello no significó una disminución en el consumo, ya que los alumnos las compran en otros lugares.

México es el país de mayor consumo de gaseosas en América, seguido por Estados Unidos y Chile en tercer lugar.  Brasil, Colombia y Perú ocupan los siguientes puestos. Pero no es sólo Estados Unidos el país que quiere aumentar los impuestos. El Reino Unido está considerando aplicar las mismas medidas que Dinamarca, aumentos en los impuestos a los alimentos que contengan más del 2,3% de grasa saturada. En el mes de agosto, Francia creó un impuesto sobre las bebidas azucaradas en una clara lucha contra la obesidad.  Esto provocó que la filial francesa de la más conocida bebida cola suspendiera una inversión de 17 millones de euros en una de sus fábricas en el país.  Una reducción en las ventas implicaría una reducción de ingresos y, por ende, un recorte en la cantidad de puestos de trabajo en las industrias del rubro.  Pareciera que la salud de la población vuelve a quedar en manos de intereses económicos.   Ojalá no sea así.

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