Saturday 27 July 2024

A NO LUCHAR MÁS POR EL RESTO DEL KETCHUP

Todos hemos vivido alguna vez la inquietante situación de encontrarnos agitando desesperadamente un frasco de ketchup u otra salsa, tratando de conseguir que las últimas gotas de tomate o aderezo salgan de la botella y cada vez más frustrados ante el hecho evidente de que el líquido se adhiere obstinadamente a los lados del envase y se niega a salir de él.

Pues se acabó el problema. Según publica Surprising Science, el blog del Smithsonian –el mayor museo y complejo investigador del mundo– hace unos meses, un grupo de científicos del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT), encabezado por el estudiante de grado Dave Smith, decidió hacer algo un poco más productivo que agitar los envases: crearon una sustancia marcadamente resbaladiza, llamada LiquiGlide, que cuando se aplica en forma de capa interior de las botellas, hace que los condimentos viscosos como el ketchup salgan al exterior al instante.

El equipo científico informa que LiquiGlide está elaborado enteramente a partir de sustancias no tóxicas, aprobadas por la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense y puede aplicarse fácilmente al interior de botellas de vidrio, plástico y otros materiales.

¿Estamos ante uno de esos ‘proyectos frívolos’?

A primera vista, parece un proyecto algo frívolo –¿unas gotas de salsa de tomate realmente merecen el tiempo de unos talentosos investigadores?– pero los posibles beneficios van más allá de reducir la molestia de los fabricantes de panchos y hamburguesas o de los amantes de las papas fritas.

«Todo el mundo pregunta “¿Por qué se dedican a las botellas? ¿Cuál es el gran reto?” comenta el responsable Dave Smith. «Pero cuando les hablo del mercado de las botellas -sólo las salsas por sí mismas suponen un mercado de 17 millones de dólares- lo empiezan a entender».

La estimación del equipo de investigación es que si todas las botellas de diversas salsas y condimentos se recubrieran con LiquiGlide, se evitaría el desperdicio de cerca de un millón de toneladas de estos productos que anualmente se tiran a la basura…por desesperación.

FUENTE: Diario de gastronomía.com

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