El queso, ¡qué rico manjar para muchos! pero nunca les ha surgido la duda de… ¿podemos comer la corteza del queso?
La costumbre para la gran mayoría es siempre la misma, quitarla; pero seguro que en muchas ocasiones hemos comido algún trozo con corteza incluida.
Pero, entonces… ¿se come o no se come? La respuesta es sencilla, depende de la composición de la corteza. Según la Norma de Calidad de Quesos, está permitida la utilización de distintos materiales en la corteza del queso y es ahí donde vamos a diferenciar cuáles son comestibles y cuáles no.
DISTINTAS CORTEZAS
Corteza natural: la que podemos comer. Son quesos cuyas cortezas se someten a procesos de lavado y cepillado y que se suelen caracterizar por tener un sabor amargo y, en ocasiones, un recubrimiento superficial de moho o pelusa.
Algunos ejemplos de cortezas de quesos que se pueden ingerir son: semicurados o semiblandos, quesos de cortezas blandas como el Brie o Camembert, quesos con cortezas mohosas como el Roquefort y por último, quesos con corteza dura como el Emmental, Parmesano o Idiazabal.
Corteza artificial: no se debe consumir. Las cortezas de estos quesos pueden estar realizadas con todo tipo de materiales sintéticos y ceras para protegerlos y controlar su proceso de maduración. Son esos tipos de quesos que a simple vista tienen una corteza con «aspecto de plástico».
A partir de aquí y conociendo la diferencia entre ambas, el consumo de la corteza de los quesos naturales va en gustos. Se coma o no se coma, pocos nos podemos resistir al gustazo de disfrutar de un buen queso.
FUENTE: Vitónica
- 06/10/2015 No comments Posted in: GOURMET Tags: brie, camembert, featured', queso azul