Los repollitos de Bruselas son una variedad de col muy pequeña y de presencia reciente en nuestras mesas, ya que se comenzó a cultivar a principios del siglo XX en la capital belga (de ahí su nombre). Aunque es una hortaliza estacional (se cosecha desde principios de la primavera hasta principios del otoño), podemos encontrarla durante el resto del año, procedente de invernaderos o congelada. Por su tamaño, su color y su sabor, estas coles le aportan novedad a nuestros platos. Son vistosas, sabrosas y versátiles, porque se pueden utilizar en recetas muy diferentes.
CÓMO CONSERVAR FRESCOS LOS REPOLLITOS DE BRUSELAS
Si compramos los repollitos frescos, debemos conservarlos en el lugar menos frío de la heladera. También debemos taparlos, aunque es muy importante no embolsarlos en plástico hermético, para que no se ennegrezcan. Si queremos congelarlos, debemos elegirlos pequeños, con las hojas apretadas. Una vez en casa, retirar parte del tallo hasta hacerlos totalmente redondos. Blanquearlos -se introducen durante 3 minutos en agua hirviendo con un poco de sal-, refrescarlos con cuidado en agua con hielo, escurrirlos y colocarlos en una bandeja amplia para poder congelarlos separados unos de otros. Tapar el recipiente o bandeja para que la congelación no ennegrezca los repollitos.
CONSEJOS PARA SU CONSUMO
En primer lugar, retirar el tallo y cortar parte de la base con las hojas más amarillentas. Lavarlos bien con agua y un poco de vinagre para eliminar impurezas. Si se los quiere consumir cocidos, cocinarlos en agua hirviendo con un poco de sal durante 20 minutos, con un hervor continuado, y luego escurrirlos con cuidado.
MANERAS DE COCINARLOS
Los repollitos de Bruselas pueden cocinarse de múltiples maneras: gratinados, guisados, salteados, con salsa…
FUENTE: Eroski Consumer
- 08/12/2014 No comments Posted in: COMER EN CASA, TIPS Tags: col, featured'